El Dharma, el estado natural de armonía y equilibrio con todo lo que existe, no lo inventó el budismo. Es la verdadera condición natural de las cosas. Cuando encuentras esta naturaleza ya no te hacen falta el budismo ni ninguna otra filosofía o práctica... Por tanto, las enseñanzas son sólo para captar esta verdad y recuperar tu naturalidad. Todo está en esta tierra, en esta vida.

Las verdaderas enseñanzas, prácticas y vigilancia del budismo no son simplemente otro apartado de la vida. Son un cambio en la trayectoria y la forma de andar.

¿Cuál es el primer paso? Ver que existe una naturaleza pura y fantástica más profunda, escondida bajo la máscara externa e interna de tu identidad. Una vez que ves que de verdad hay una presencia mucho más profunda, tienes que recordar constantemente que ésa es tu verdadera mente y que en este momento todo lo que tienes en tu conciencia es producto de una mente manchada.

domingo, 2 de octubre de 2011

El budismo moderno manchado

EL BUDISMO MODERNO MANCHADO


¿ESTÁ MUERTO TAMBIÉN EL MENSAJE DEL DHARMA?

EL BUDADHARMA AÚN PERSISTE...
PERO EL BUDISMO ESTÁ INFECTADO POR UN VIRUS


El budismo moderno manchado

¿Qué es el budismo moderno manchado? Es un budismo que está generando un enfoque religioso de la compasión y la benevolencia (claramente sin un ser supremo o alma). Este budismo popular enseña sin ninguna referencia significativa a la riqueza de las enseñanzas profundas que llevan por el Dharmayana a la disolución del Sufrimiento y la Identidad ni al Bodhi Dharmayana, que es el Dharma del Despertar que lleva a la experiencia directa de la no-mente y a la eliminación de la Dualidad en el pensamiento consciente.

 ¿Qué es el budismo moderno manchado? Es un budismo que permite el refuerzo constante del pensamiento consciente y genera en las personas de intelecto cognitivo desarrollado un budismo frío y analítico que en el mejor de los casos solo es académico. El peligro está en que los que están atrapados en la adoración de su propia mente académica creen que están en el camino cuando en realidad están errando, inmersos en la ciénaga de Mara.

¿Qué es el budismo moderno manchado? Es un budismo que se aplica de forma superficial en su nivel elemental en todas las disciplinas, desde el Theravada hasta el Tantra, captando adeptos en un extremo mediante la belleza académica y sencilla de las enseñanzas y en el otro mediante el ritual, los ritos y ceremonias. Al contrario que los Grandes Maestros del pasado, no enseña en absoluto la sutileza y profundidad siquiera de los primeros pasos del Refugio y desarrolla interpretaciones repetitivas de los mantras y las sadhanas y un entendimiento simplista de las Nobles Verdades, sin la comprensión profunda que es necesaria.

¿Qué es el budismo moderno manchado? Es una colección de sistemas cerrados que ha perdido la riqueza del entendimiento mutuo en los niveles superiores y se ha convertido en un campo de competición donde el número de seguidores se cuenta como medida del éxito y la construcción de stupas y templos es más relevante que el voto de eliminar de verdad la Ignorancia de todos los seres humanos y liberar a todas las criaturas de la destrucción de la mente humana manchada. Es un budismo construido y dependiente de nombres y etiquetas, no de la esencia de la verdad del Dharma.

¿Qué es el budismo moderno manchado? Es el ímpetu moderno que cree que las enseñanzas de los grandes maestros realizados del pasado (de Buda a Atisha, Tilopa, Naropa, Marpa y Milarepa en las enseñanzas tibetanas; Huineng, Yunmen, Fayan, Caodong, Linji, Guishan, Zongmi y otros de la Edad de Oro en las enseñanzas chinas, y todos los que siguieron sus pasos, manteniéndose fieles siempre al Dharma natural) se pueden modificar para acomodarse a nuestros tiempos, e incluso combinarse con ideas eternalistas y con el mundo del consumo.

¿Qué es el budismo moderno manchado? Es la aplicación de parches al sufrimiento de mil maneras diferentes que atrapan a los así tratados en una ronda de Samsara. Es la proliferación de la falsa compasión y la falsa benevolencia fundadas en la aplicación intelectual del Dharma unida a una preocupación natural y correcta por la injusticia social. Es una gran trampa de Mara que permite que la lástima, la empatía y la identidad se hagan pasar por compasión.

El uso de la palabra “budismo” en sí mismo es un reflejo de la enfermedad y, como todos los “-ismos” es mejor olvidarlo. Aunque ha habido muchas maneras de dividir el Budadharma en grupos coherentes, aquí no empleamos la triple división tradicional en tres vehículos (Theravada, Mahayana y Vajrayana). En vez de eso, usamos la designación de tres caminos, que representan más correctamente la relación fluida en la que se puede ver que los vehículos aparentemente separados en realidad se unen para formar uno solo. Son los caminos del verdadero voto del Bodhisattva (Bodhisattvayana), que se extiende hasta el camino Natural (Dharmayana), y el Dharma del Despertar a la no-mente, el estado primordial (Bodhi Dharmayana).

Es mejor considerarlos no como tres vehículos que llevan a destinos diferentes, sino como un solo tren al que los pasajeros pueden subirse y cuyo conductor puede cambiar. Más allá de eso, hay un largo camino dentro del Samsara con la presencia constante de la No-mente que lleva a la Iluminación final.

lunes, 13 de junio de 2011

Otro aparte: la meditación y el sufrimiento


La meditación por sí misma no trae como consecuencia una calma o serenidad que permita entender cuáles son nuestros problemas personales. La meditación es sólo una parte de un conjunto de tres ramas:

- Enseñanzas
- Meditación
- Vigilancia de todas las acciones

En este momento lo importante no es saber cuáles son tus problemas. Lo que importa es que sepas:

- Que estás sufriendo.
- Cuáles son las raíces de tu sufrimiento (deseo y apego, cuya causa es la mente dual).
- Que hay una solución.
- Cuál es el camino apropiado.

Si entiendes esto, podrás trabajar para solucionar los problemas (sus raíces) de modo que éstos dejen de existir. No debes preocuparte por los detalles de los problemas. Buda contaba una pequeña historia al respecto: Si te han herido con una flecha, ¿qué debes hacer? ¿Preocuparte por saber qué tipo de flecha es? ¿Por descubrir quién era el arquero que la disparó? ¿O por arrancar la flecha?

Bien. Arranca la flecha del sufrimiento. Pero ¿cómo? Es cierto que las palabras no sirven para nada, no porque necesariamente sean incorrectas, sino porque la verdad no puede conocerse si no vemos más allá de las palabras escritas o de las palabras pronunciadas por un maestro o maestra. La solución está dentro de ti mismo.

Buda dijo antes de morir: «No busquéis refugio en nada excepto en el Dharma». Ni en sistemas, ni en gurús, ni en maestros, ni en ideas, ni siquiera en el mismo Buda. Y el Dharma está dentro de ti, pero cubierto por una pesada manta. Esta manta es “Mara” (tus identidades) y supone un obstáculo del que difícilmente podrás librarte sin ayuda. Si alguien piensa que librarse de esta manta es fácil, está en un error. Es difícil. Por eso no estamos ante una vía de escape, porque hay que enfrentarse a la verdad, no escapar de ella. Si realmente no deseas enfrentarte a la verdad, podrás jugar contigo mismo, o incluso con un maestro si no tiene la percepción adecuada.

Las drogas, la racionalización, las diversiones, la indiferencia, todos ellos son escapes. Y hay un escape que puede ser tan peligroso como las drogas duras: los pensamientos “intelectuales”. Por ese motivo los libros pueden a veces resultar peligrosos; a veces son válidos para cuestiones
académicas, pero en los libros no puedes encontrar la verdad, ni tampoco en los amigos, en los gurús sin iluminación, en los psicólogos, en los psiquiatras, en los terapeutas, ni siquiera dentro de ti por ti mismo. Si somos realistas, veremos que es así. ¿Quieres solucionar todos los problemas, o sólo parte de ellos?

La vida “civilizada” es terrible. Está llena de confusión, de codicia, de hostilidad. Cierto, pero todos los seres humanos son responsables de ello. Un presidente americano dijo en una ocasión: “Si no eres parte de la solución, tú (no personalmente) eres el problema”.

Todos los individuos pueden eliminar su conciencia contaminada e introducir la sabiduría trascendental. No es fácil; es complicado. Las soluciones no están en los libros, ni en la inteligencia, ni en la observación de los demás, y en rarísimos casos es posible la solución sin maestro. Casi todos necesitan un guía, alguien que:

- Conozca el camino.
- Haya recorrido con éxito ese camino.
- Pueda transmitir la verdad de ese camino interior.
- Y tenga las llaves para ser capaz de abrir las puertas de la persona que solicita ayuda.

El problema no es que las personas no comprendamos la vida, es que la vida, tal como se contempla, no vale para nada. Incluso si eres capaz de entender la vida correcta, es muy diferente de la que llevamos en esta sociedad. Se trata de elegir entre la vida dentro de la basura, como una rata, o vivir una nueva vida basada en la verdadera fuerza de la vida, y no en la fuerza del deseo y el apego de nuestro ego y superego.

Un primer paso es que te preguntes: ¿sufres o no sufres? ¿Cómo? ¿Con un sufrimiento mental, un sufrimiento acompañado de dolor, un sufrimiento de placer equivocado?

Segundo paso: no veas sólo los “grandes” sufrimientos (“Mi relación de pareja no es buena”, etc.), sino también los pequeños (“¡Mierda!, no encuentro el lápiz”). Los dos son sufrimiento.

Tercer paso: ¿Deseas o no librarte de todos los sufrimientos? ¿Estás preparado para asumir sacrificios sociales, como la posibilidad de perder a tu pareja o cambiar de trabajo, tirar a la basura casi todas tus ideas y conceptos, comenzar de nuevo con otra mente, desprenderte de lo que ahora ves como felicidad (que no es tal)? A cambio puedes recuperar tu propia naturaleza, con actitudes correctas y naturales, con intenciones correctas y naturales, con afecto benevolente correcto y natural, con la verdadera alegría y no con la falsa, con la verdadera compasión y no con la falsa, con la verdadera ecuanimidad y no con la falsa. ¿Te gustaría que ese cambio tuviera lugar? Si es así, escucha el Dharma, escucha a tu maestro. No es fácil, pero realmente merece la pena. Si eres capaz de este cambio, no será un escape: es la liberación.

Hay una expresión cruda que se aplica a todo aquel que habla de cambios y liberación personal: “Si no vas a cagar, sal del baño”.

(Shanjian Dashi, Enseñanzas Chan: Respuestas para los perplejos, págs. 151-153).

martes, 7 de junio de 2011

El sermón del fuego, o Sutta Adittapariyaya

Hoy vamos a examinar el sermón del fuego. El nombre del discurso (sutta) en pali es Sutta Adittapariyaya y significa “el discurso sobre lo que está ardiendo”. Se pronunció ante mil monjes (bhikkhus), y fue uno de los primeros discursos ofrecidos por Buda.

Buda pronunció su primer discurso durante la luna llena de julio, al principio de la estación de las lluvias. Él permaneció durante la estación de las lluvias en Benarés, en el Parque de los Ciervos. Muchos miembros de los clanes acudieron adonde estaba Buda, se ordenaron como monjes, y alcanzaron el estado de Arahants. Cuando hubo un total de sesenta y un Arahants en el mundo, Buda los envió a diferentes lugares para el bienestar, beneficio y felicidad de muchos.
Envió a estos monjes a enseñar su doctrina (Dhamma) a la gente.

Después del período de las lluvias (vassa) fue a un lugar llamado Gayasisa. Allí había tres hermanos que eran ascetas. El mayor tenía quinientos seguidores ascetas, el del medio trescientos, y el más joven doscientos; entre todos tenían un total de mil seguidores. Estos ascetas eran adoradores del fuego. Buda fue donde ellos estaban para enseñarles y hacer posible que pudieran realizar la verdad. Al principio no pudo convencerlos de que todavía no eran Arahants, pues estos ascetas pensaban que ya lo eran. A pesar de que había ido adonde se encontraban y les había mostrado algunos prodigios, aún pensaban que ellos eran Arahants y el Buda no lo era. Así pues, Buda tuvo que mostrarles muchos prodigios hasta que comprendieron que todavía no eran Arahants. Después, se convirtieron en sus discípulos y se los admitió en la Orden.

Cuando se reunieron los tres hermanos y los mil monjes recién ordenados, Buda les ofreció este discurso, el sermón del fuego. Era apropiado que Buda les transmitiera este discurso porque ellos eran adoradores del fuego (tal vez un fuego para sacrificios).

Cuando el Venerable Ananda comunicó este Sutta en el primer concilio budista, dijo: “Esto es lo que he oído: En una ocasión el Bendito estaba viviendo en Gayasisa, en Gaya, con mil bhikkhus. Allí se dirigió a los bhikkhus: “Bhikkhus, todo está ardiendo. ¿Qué es ‘todo’ lo que está ardiendo? Bhikkhus, el ojo está ardiendo, las formas visuales están ardiendo, la conciencia visual está ardiendo, la sensación visual está ardiendo.
También está ardiendo toda sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión visual. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la pasión, ardiendo con el fuego del odio, ardiendo con el fuego de la ignorancia. Yo digo que arde con el nacimiento, la vejez y la muerte; con el pesar, la lamentación, el dolor, la aflicción y la desesperación.

“El oído está ardiendo, los sonidos están ardiendo, la conciencia auditiva está ardiendo y la sensación auditiva está ardiendo. También está ardiendo toda sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión auditiva. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la pasión, ardiendo con el fuego del odio, ardiendo con el fuego de la ignorancia. Yo digo que está ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte; con el pesar, la lamentación, el dolor, la aflicción y la desesperación.

“La nariz está ardiendo, los olores están ardiendo, la conciencia olfativa está ardiendo y la sensación olfativa está ardiendo. También está ardiendo cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión olfativa. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la pasión, ardiendo con el fuego del odio, ardiendo con el fuego de la ignorancia. Yo digo que está ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte; con el pesar, con la lamentación, con el dolor, con la aflicción, con la desesperación.

“La lengua está ardiendo, los sabores están ardiendo, la conciencia gustativa está ardiendo y la sensación gustativa está ardiendo. También está ardiendo cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión gustativa. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la pasión, ardiendo con el fuego del odio, ardiendo con el fuego de la ignorancia. Yo digo que está ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte; con el pesar, con la lamentación, con el dolor, con la aflicción, con la desesperación.

“El cuerpo está ardiendo, las cosas tangibles están ardiendo, la conciencia táctil está ardiendo y la sensación táctil está ardiendo. También está ardiendo cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión táctil. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la pasión, ardiendo con el fuego del odio, ardiendo con el fuego de la ignorancia. Yo digo que está ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte; con el pesar, con la lamentación, con el dolor, con la aflicción, con la desesperación.

“La mente está ardiendo, los objetos mentales están ardiendo, la conciencia mental está ardiendo y la impresión mental está ardiendo. También está ardiendo cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión mental. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la pasión, ardiendo con el fuego del odio, ardiendo con el fuego de la ignorancia. Yo digo que está ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte; con el pesar, con la lamentación, con el dolor, con la aflicción, con la desesperación.

Bhikkhus, el sabio y noble discípulo que comprende tales cosas se vuelve ecuánime con respecto al ojo, se vuelve ecuánime con respecto a la forma visual, se vuelve ecuánime con respecto a la conciencia visual y se vuelve ecuánime con respecto a la impresión visual. También se vuelve ecuánime con respecto a cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión visual.

“Se vuelve ecuánime con respecto al oído, se vuelve ecuánime con respecto a los sonidos, se vuelve ecuánime con respecto a la conciencia auditiva y con respecto a la impresión auditiva. También se vuelve ecuánime con respecto a cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de impresión auditiva

“Se vuelve ecuánime con respecto a la nariz, se vuelve ecuánime con respecto a los olores, se vuelve ecuánime con respecto a la conciencia olfativa y llega a la ecuanimidad con respecto a la impresión olfativa. También se vuelve ecuánime con respecto a cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión olfativa.

“Se vuelve ecuánime con respecto a la lengua, se vuelve ecuánime con respecto a los sabores, se vuelve ecuánime con respecto a la conciencia gustativa y se vuelve ecuánime con respecto a la impresión gustativa. También se vuelve ecuánime con respecto a cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión gustativa.

“Se vuelve ecuánime con respecto al cuerpo, se vuelve ecuánime con respecto a las cosas tangibles, se vuelve ecuánime con respecto a la conciencia táctil y se vuelve ecuánime con respecto a la impresión táctil. También se vuelve ecuánime con respecto a la sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión táctil.

“Se vuelve ecuánime con respecto a la mente, se vuelve ecuánime con respecto a los objetos mentales, se vuelve ecuánime con respecto a la conciencia mental y se vuelve ecuánime con respecto a la impresión mental. También se vuelve ecuánime con respecto a cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión mental.

“Se desapega al ser ecuánime. Se libera a través del desapego. Con la liberación está el conocimiento de que se ha liberado. Comprende que el nacimiento ha sido consumido, que ha vivido la vida de santidad, que ha sido hecho todo lo que había que hacer. No hay más nada que hacer”.

Esto dijo el Bendito. Los bhikkhus se alegraron y se regocijaron con sus palabras. Las mentes de aquellos mil bhikkhus fueron liberadas de impurezas sin apego mientras pronunciaba este discurso.


Buda utilizaba diferentes métodos o formas de presentar los asuntos cuando enseñaba a la gente, cuando pronunciaba estos discursos. Esto es lo que se ha llamado ‘elegancia en la presentación’, algo peculiar solamente de los Budas. Buda conocía los temperamentos de sus oyentes y para adaptarse a ellos usaba distintos métodos en sus diferentes discursos (suttas).
Esta es la razón por la que variaban las formas de presentación en sus enseñanzas. En un discurso, un cierto dhamma puede ser llamado impureza y en otro grillete o torrente, o atadura o tendencia latente, etc. Así que a la misma clase de dhamma le daba diferentes nombres de acuerdo a los temperamentos de sus oyentes.

Buda habló en este discurso acerca de lo que está ardiendo. En este discurso algunas de las impurezas se llaman ‘fuego’, aquello que quema. Primero el Buda dijo, “El ojo está ardiendo, las formas visuales están ardiendo, la conciencia está ardiendo y la sensación visual está ardiendo. También está ardiendo cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión visual”.

Buda dijo que todo está ardiendo.
Los ojos están ardiendo, las formas visuales están ardiendo. La conciencia visual, la conciencia de ver y la sensación visual está ardiendo. La impresión visual significa lo que nosotros llamamos ‘contacto’. En los cincuenta y dos factores mentales esto se conoce como phassa. El contacto que acompaña la conciencia visual también está ardiendo. También está ardiendo cualquier sensación (vedana) que acompaña la conciencia de ver. Esa sensación puede ser placentera, dolorosa o neutra. Tenemos sensación placentera cuando vemos cosas que queremos ver. Tenemos sensación dolorosa cuando vemos cosas que no queremos ver. Tenemos sensación neutral cuando vemos cosas que ni queremos ni no queremos ver. En un momento puede haber una sensación agradable, una sensación dolorosa, o una sensación neutra. Buda dijo que esta sensación también está ardiendo.

¿Ardiendo con qué? Cuando Buda dijo que el ojo está ardiendo y las formas visuales están ardiendo etc., estamos tentados a preguntar: ¿Ardiendo con qué?
Nosotros no vemos fuego en el ojo, ni en la forma visual, ni en los demás. Buda dijo que están ardiendo con el fuego de la pasión, con el fuego del odio, con el fuego del engaño (en pali: lobha, dosa y moha). Cuando la conciencia visual o la conciencia de ver está acompañada por codicia, deseo o apego se dice que está ardiendo con lobha, está ardiendo con codicia, está ardiendo con deseo, está ardiendo con apego.

Experimentamos cólera o surge odio en nosotros cuando vemos algo que no queremos ver o que detestamos ver. Cuando nuestra conciencia de ver está acompañada por odio o cólera, se dice que esa conciencia está ardiendo con odio, arde con dosa. El fuego de la ignorancia es moha y siempre está acompañada de pasión y odio. Siempre que hay pasión hay también ignorancia. La ignorancia siempre está presente con los tipos de conciencias insanas. Algunas veces no tenemos ni pasión ni odio, sólo ignorancia. Entonces se dice que la conciencia visual está ardiendo con ignorancia, con moha.
Estos son los tres fuegos que queman nuestros ojos, queman la forma visual y arden con la conciencia visual. Hay factores mentales que acompañan la conciencia visual. Uno de ellos es el contacto o phassa. Éste también está ardiendo porque está acompañado por la pasión, el odio o la ignorancia. Cuando hay contacto hay sensación porque la sensación nace del contacto. Esa sensación también está ardiendo porque está acompañada por pasión, odio o ignorancia.

No solamente existen estos tres fuegos. Hay otros fuegos.
“Yo digo que está ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte; con el pesar, el lamento, el dolor, la aflicción y la desesperación”. También se dice que está ardiendo con el nacimiento o el renacer porque causa dolor. Es la fuente del dolor y del sufrimiento.

Se arde con la vejez pues todo se torna viejo, todo cambia y envejece. El proceso de envejecimiento oprime todo, así que se dice que todo arde con la vejez. Se arde con la muerte pues a cada momento se desaparece. En cada momento hay cesación. ‘Muerte’ significa no solamente la muerte al final de la vida, sino en cada momento cuando las cosas desaparecen, cuando los fenómenos mentales y físicos cesan. Todo es oprimido por la muerte, la desaparición, la disolución. Así que se dice que está ardiendo con la muerte.

Algunas veces decimos que arde con pesar. Tenemos pesar cuando alguien querido por nosotros muere. En ese momento ardemos con pesar. Otras veces lloramos. Cuando esto ocurre ardemos con lamentaciones. A veces tenemos dolor corporal, entonces, en tal momento ardemos con dolor. Otras veces tenemos dolor mental. Cuando esto ocurre ardemos con aflicción. Otras veces nos desesperamos por algo. En ese momento ardemos con desesperación.

Se dice que todas estas cosas; el ojo, la forma visual, la conciencia de ver, el contacto y la sensación arden con estas once clases de fuegos. ¿Puedes nombrar los once? Son estas: pasión, odio, ignorancia, nacimiento, vejez, muerte, pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación. A estas once se las llama ‘las once clases de fuego’. Todo en el mundo se está quemando con una o más de estas once clases de fuego.

El ojo arde porque las propiedades físicas que hacen al ojo siempre están cambiando, surgiendo y desapareciendo. Surge una nueva propiedad material y entonces desaparece. Así que el ojo arde con el nacimiento, la vejez y la muerte. La conciencia arde con pasión, odio, ignorancia, pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación. Todo arde en este mundo.

Podrás pensar que es deprimente saber que todo está ardiendo. Mucha gente tiene la impresión de que el budismo solamente enseña y se interesa en el dolor. Piensan que los budistas sólo hablan del sufrimiento. El budismo habla acerca del origen, la cesación y el camino para salir del sufrimiento.

Buda es como un médico.
Cuando un médico examina a una persona y encuentra que está enferma, le dice que tiene tal o cual enfermedad. No podemos acusar al médico de ser pesimista al decirlo, porque sólo está expresando un hecho.

La persona está enferma y debe ser cuidada. En la misma forma, Buda quiso apuntar a un hecho cuando expresó que todo está ardiendo. Este hecho no se puede evitar, ocultar o esconder. Cuando Buda dijo que todo está ardiendo estaba expresando un hecho, la experiencia de la realidad. Todo arde con el fuego de la pasión, el odio, la ignorancia y otras clases de fuegos.

“El oído está ardiendo. Los sonidos están ardiendo. La conciencia auditiva está ardiendo. La impresión auditiva está ardiendo. También está ardiendo la sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surge por motivo de la impresión auditiva. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la pasión...” Lo mismo ocurre con la nariz, la lengua, el cuerpo y la mente. Todo está ardiendo.

El oído está ardiendo. Los sonidos están ardiendo. ¿Cuándo están ardiendo el oído y los sonidos? Cuando hay en nuestra mente pasión, odio o ignorancia. Se dice que arde la conciencia, la impresión y sensación auditiva. Y el oído arde con el nacimiento, la vejez y la muerte. Estamos ardiendo con pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación cuando sentimos pesares debido a algo que oímos. Por tanto, el oído es un lugar que puede también arder con diferentes clases de fuegos.

La nariz está ardiendo. Los olores están ardiendo, etc. Surge en nosotros pasión o deseo cuando olemos algo que nos gusta, por ejemplo, el olor de un perfume. Se dice que la conciencia olfativa arde con pasión, deseo y apego cuando hay pasión, deseo o apego en nuestras mentes.
Sentimos rechazo cuando olemos algo que no queremos oler como un mal olor. En ese momento estamos ardiendo con odio, ardiendo con cólera. Se dice que estamos ardiendo con ignorancia cuando estamos indecisos sobre algo que olemos, cuando no sabemos acerca de algo que olemos. La nariz y los olores tienen un principio y un fin. Por tanto, arden con nacimiento, vejez y muerte. También podemos sentir pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación cuando sentimos pesar por algo que olemos. Arde todo lo relacionado con la nariz; olores, conciencia, impresiones y sensaciones.

“La lengua está ardiendo. Los sabores están ardiendo”. Podemos tener apego o deseo cuando probamos algo que nos gusta. En ese momento arden nuestras lenguas. Sentimos odio o cólera cuando probamos algo que no nos gusta. Así que en ese momento nuestras lenguas también están ardiendo.

Esto ocurre muy a menudo porque cada día experimentamos imágenes, sonidos, olores, sabores, objetos tangibles y mentales. Tendemos a sentir deseo o apego cuando nos topamos con cosas que nos gustan. Tendemos a sentir cólera u odio cuando nos encontramos ante cosas que no nos gustan. Por tanto, es muy difícil mantenerse a salvo de caer en lobha o dosa.

“El cuerpo está ardiendo. Las cosas tangibles están ardiendo.
La conciencia táctil está ardiendo... etc.”. Se dice que nuestra conciencia táctil y nuestra conciencia corporal están ardiendo con pasión cuando sentimos apego al tocar algo agradable al tacto. Podemos sentir cólera u odio cuando tocamos algo que no nos gusta o cuando nos golpeamos contra algo y sentimos dolor. Nuestra conciencia táctil o corporal arde con odio cuando el enojo o el odio están presentes. Se dice que nuestra conciencia está ardiendo con ignorancia cuando estamos indecisos o no sabemos lo que tocamos. El nacimiento, la vejez y la muerte oprimen al cuerpo, los objetos tangibles y la conciencia. Ellos también arden con estos fuegos. Estamos ardiendo con pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación cuando hay pesar con respecto al cuerpo.

“La mente está ardiendo. Los objetos mentales arden”. Algunas veces pensamos en algo que en nuestra mente es agradable o desagradable. Podemos sentir apego o codicia cuando pensamos en cosas agradables. Puede surgir apego o pasión cuando pensamos en algo agradable. Podemos sentir odio o cólera con objetos desagradables. Así que la conciencia mental también puede arder con pasión, odio, ignorancia y otros fuegos. También la mente es impermanente, va y viene. Se genera para luego desaparecer. Está oprimida por el nacimiento, la vejez y la muerte. Nuestra mente está ardiendo con pesar, lamentación, dolor, aflicción y desesperación cuando hay pesar, etc., con respecto a objetos mentales. En este contexto los objetos mentales significan “objetos del dhamma”.

De acuerdo con esto hay fuego en todas partes. Todo está ardiendo. Pero ¿hay fuego todo el tiempo? ¿Ardemos todo el tiempo? ¿Arden sus oídos todo el tiempo? Podrías decir que “no” si comprendes el Abhidhamma. No arde todo el tiempo; sólo arde cuando la conciencia está acompañada por lobha, dosa o moha. Arde solamente cuando se tienen conciencias akusala, conciencias insanas con respecto al ojo, etc. El fuego se puede extinguir si podemos actuar en tal forma que no surjan conciencias akusala con respecto a los ojos, objetos visuales y demás. El fuego se puede evitar. Se evita con respecto al ojo y al objeto visual cuando ven algo placentero y no sienten apego hacia ese objeto. Lo mismo es cierto cuando ven algo desagradable y no se perturban o enojan. De esta manera evitan el fuego con respecto al ojo y al objeto visual. El fuego existe solamente cuando tenemos conciencias akusala. Podemos detener o evitar este fuego si logramos evitar que surjan las conciencias akusala cada vez que vemos, oímos, olemos, probamos, tocamos o pensamos.

Buda dijo: “Bhikkhus, el sabio y noble discípulo que comprende tales cosas se vuelve ecuánime con respecto al ojo, se vuelve ecuánime con respecto a la forma visual, se vuelve ecuánime con respecto a la conciencia visual y se vuelve ecuánime con respecto a la impresión visual. También se vuelve ecuánime con respecto a cualquier sensación placentera o dolorosa, o ni dolorosa ni placentera que surja por motivo de la impresión visual”.

A veces cuando leemos los discursos debemos también entender lo que no está explícitamente dicho. El Buda dijo: “Bhikkhus, el sabio y noble discípulo que comprende tales cosas se vuelve ecuánime con respecto al ojo, etc.”. Un discípulo debe practicar algo con el fin de ser ecuánime con respecto al ojo o las formas visuales. Antes de lograr la ecuanimidad debe hacer algo con respecto a esas cosas.

Cuando decimos que alguien es un doctor queremos decir que esa persona estuvo en una escuela de medicina durante un número determinado de años hasta llegar a ser doctor. Una persona es doctor porque debió haber sido estudiante durante un número de años. De la misma manera, cuando un discípulo sabe y logra ser ecuánime es debido a que tuvo que haber hecho algo antes de lograr la ecuanimidad con respecto a los ojos y demás.

Ahora, ¿qué debemos hacer para ser ecuánimes con respecto a los ojos, formas visuales y demás? Debemos practicar vipassana. Debemos practicar estar en completa atención. Cuando practicamos estar en atención completa se logra ver la verdadera naturaleza del ojo, de las formas visuales, de la conciencia visual y demás. Veréis que hay mente y cuerpo cuando lleguéis a un cierto grado de concentración. Hay una mente que va hacia al cuerpo o materia, pues la materia no percibe. Luego veréis que existe una relación de causa y efecto entre los diferentes fenómenos mentales y físicos. Todo sale de algo. No hay nada que venga de nada. Existe una relación de causa y efecto entre todas las cosas.

Luego llegaréis a ver el surgir y cesar de las cosas. Cuando veáis este surgir y cesar de las cosas podréis ver su naturaleza insatisfactoria así como la incapacidad de ejercer autoridad sobre ellas. No les podréis decir: “No seáis impermanentes”. Así es que poco a poco podréis ir viendo la verdadera naturaleza de la mente y el cuerpo, la mente y la materia, hasta que os volváis ecuánimes hacia ellos.

Debéis hacer algo antes de ser ecuánimes con los ojos y demás. Debéis practicar meditación vipassana. Con la práctica de la meditación vipassana lograréis ser ecuánimes porque veréis la naturaleza de las cosas al alcanzar samadhi (concentración) y el conocimiento de penetración. Verán cómo las cosas van y vienen, surgen y cesan, y no existen ni siquiera en dos momentos consecutivos. Os volveréis ecuánimes cuando algo aparece y desaparece, surge y cesa. No os aferraréis, ni desearéis, ni os apegaréis a ello. Al ver a través de la vipassana os volveréis ecuánimes con respecto a todas las seis clases de objetos y sus conciencias correspondientes.

“Se desapegan al ser ecuánimes”. En este contexto, ‘desapegado’ apunta en primer lugar a la derrota de las identidades (los tres venenos). Querréis liberaros de estas cosas cuando sois ecuánimes hacia ellas. Trataréis de salir de ellas y el resultado es que saldréis de ellas. Se dice que al salir de ellas os “volveréis desapegados”, verdaderamente desapegados. Es como quitar una mancha. A uno no le gusta tener una mancha en la ropa. Uno es ecuánime con respecto a la mancha y trata de quitarla. La ropa se vuelve limpia cuando la mancha se va. De la misma forma tenemos las manchas de la pasión, el odio, la ignorancia y muchas otras. La mente se purifica cuando éstas se van y se hace verdaderamente desapegada.

Así que cuando se dice que: “Se desapega al ser ecuánime” significa que practica la meditación vipassana. Va de un estado más alto a otro hasta llegar al estado de realización. En este estado su mente está desapegada. Se libera a través del desapego. Cuando hay desapego hay liberación de las impurezas mentales y finalmente también habrá liberación del pesar, la lamentación y demás, liberación de la rueda de renacimiento.

“Cuando se libera habrá el conocimiento de que se está liberado”. Cuando se está liberado se sabe que se está liberado. Esa realización o conocimiento llega por sí mismo a la persona. “Sabrá que el nacimiento ha sido consumado”. Sabrá que no habrá más renacimientos cuando se ha liberado. “Se ha vivido la vida de santidad”. La ‘vida de santidad’ significa la práctica del sasana, la práctica de las enseñanzas de Buda, la práctica de la vipassana. Se ha vivido la vida de santidad. No hay nada más que hacer.

“Se ha hecho lo que había que hacer”. Se refiere específicamente a lo que los monjes tienen que hacer. Aquí ‘lo que había que hacer’ significa practicar la meditación vipassana para liberarse de las impurezas mentales y del ciclo de renacimientos. Esto también se hace.

“No queda nada que hacer sobre esto”. No hay nada y no queda nada por hacer. Todo lo que se tenía que hacer se ha hecho.

“La persona que está liberada conoce”. Se refiere al conocimiento reflexivo que llega después de la realización de la verdad y que llega después de los diferentes estados de santidad. “Esto dijo el Bendito,” es decir, Buda lo dijo. “Los bhikkhus se alegraron y se regocijaron con sus palabras”. Los bhikkhus se alegraron y regocijaron con sus palabras mientras escuchaban el discurso. Aceptaron sus palabras.

“Las mentes de aquellos mil bhikkhus fueron liberadas de impurezas sin apego mientras se pronunciaba este discurso”. Esto significa que después de escuchar este discurso lograron convertirse en Arahants. Estos mil monjes escucharon el discurso del Buda atentamente con alegría y aceptación. Al final del discurso sus mentes estaban libres de impurezas mentales. Ellos se convirtieron en Arahants.

Se asemeja a la realización que ocurre en un instante. Esto era posible durante la época del Buda. Actualmente es muy, muy difícil. Aún la realización gradual es difícil. Las personas que conocieron al Buda y tuvieron la oportunidad de escuchar sus enseñanzas fueron muy afortunadas. Fueron aquellas que habían acumulado en sus vidas pasadas las cualidades o perfecciones necesarias. Eran los que estaban listos para alcanzar la iluminación. Esa es la razón por la que nacieron durante la época del Buda, lo conocieron, escucharon sus enseñanzas y lograron la iluminación. Pero las personas de hoy día no son tan afortunadas como aquellas personas. No podemos ver a Buda ni escuchar las enseñanzas de su persona o la comunicación personal de sus discursos. Así que nos encontramos ahora aquí…

Hoy día sus enseñanzas todavía están disponibles. Lo que dijo Buda cuando estaba a punto de morir fue: “Ananda, cuando me haya ido mis enseñanzas serán el maestro”. Buda no designó a ninguna persona para que lo sucediera. Dejó sus enseñanzas para que sus discípulos las consideraran como el maestro, como el Buda. Ahora las enseñanzas están con nosotros. Podemos comprenderlas y leerlas. Aun hoy día podemos poner en práctica las enseñanzas de Buda. Por tanto, no somos tan desafortunados.

También podremos llegar a realizar la verdad en esta vida si hemos acumulado suficientes perfecciones. Si no tenemos ninguna de las perfecciones podremos acumularlas ahora mediante la práctica de la meditación, siguiendo las instrucciones de Buda y mediante la práctica de sus enseñanzas. No hay razón para desesperarse. Debemos tomar lo que tenemos ahora. Tenemos ahora las enseñanzas de Buda y la práctica de meditación, especialmente de la meditación vipassana.

La meditación vipassana puede conducirnos a la liberación final, a la erradicación total de las impurezas de nuestras mentes. Aun cuando no podamos alcanzar en esta vida este estado superior, podremos disminuir las impurezas mentales o deshacernos de ellas poco a poco a tal grado que nos permita acercarnos a la realización, conforme pase el tiempo.

La práctica de la meditación vipassana debe hacerse con diligencia. Debe practicarse todos los días a fin de acrecentar nuestra observación de manera que desarrollemos el conocimiento sobre los fenómenos físicos tal como verdaderamente son. Este conocimiento nos permitirá alcanzar la realización final de la verdad.

La meditación vipassana no es sólo para leerse o debatir sobre ella. Es para practicarla. Solamente cuando se practica es cuando se pueden obtener beneficios de ella. Es como la medicina, que tiene que tomarse para curar la enfermedad.

La meditación trata nuestras mentes. Intenta limpiar nuestras mentes de impurezas. Por eso debemos esforzarnos. Nadie puede purificar nuestras mentes. Ni siquiera Buda puede hacerlo. El maestro puede darnos instrucciones, decirnos qué hacer y qué no hacer, pero no puede purificar nuestras mentes. Solamente nosotros podemos purificar nuestras mentes. Debemos practicar y depender de nosotros mismos. Los maestros solamente pueden guiar, enseñar o instruir pero no pueden practicar por nosotros. El budismo o lo que nos enseñó Buda es una enseñanza que depende de uno mismo. Debéis confiar en vosotros mismos. Entonces alcanzaréis lo que Buda y sus discípulos alcanzaron. Tratad de practicar meditación y haced de la práctica parte de vuestra vida diaria.

La meditación es como comer o dormir. Cada día comemos y dormimos. De la misma forma necesitamos cada día de la meditación porque nuestras mentes están casi siempre con impurezas mentales. Debemos limpiar nuestras mentes de estas impurezas mentales. La meditación es el único camino para lograrlo.

sábado, 28 de mayo de 2011

Un aparte


¿Quién eres? ¡Quién sabe! ¿Tu mente? No, claro que no. Tu propia mente tiene un concepto de ti mismo que está completamente contaminado desde el momento de tu concepción y distorsionado incluso antes del gran acontecimiento que tomas por “tu nacimiento”. Qué locura… La verdad es que no sabes nada en absoluto y usas las mentiras de tu mente para construir “tu vida”. Tu mente no es tu propia naturaleza; tu mente es una herramienta. Pero de hecho permites que esta imagen de ti mismo y esta mente manchada gobiernen tu vida. No debería ser ninguna sorpresa que sufras.

No reemplaces las viejas creencias, sigue con una mente abierta sin creencias… No entres en el budismo como si fuese otra creencia; eso es un error. Entra en el budismo como si fuese una transfusión para tu propia naturaleza… sin pensar. Cambia tu vida, no solo una parte de ella.

jueves, 26 de mayo de 2011

Los cuatro fundamentos de la atención


Dos sutras sobre las Cuatro Nobles Verdades (Cattari Ariya Saccani)


Aquí presentamos dos discursos de Buda:

1) El Gran Discurso de los Cuatro Fundamentos de la Atención (Sutta Maha-Satipatthana). Este sutra es la fuente más importante acerca de la práctica de meditación. Aquí, en los siguientes capítulos, Buda explica en detalle cada una de estas verdades desde la perspectiva de las meditaciones de Samatha y Vipassana.

2) El Discurso de la Puesta en Movimiento de la Rueda de la Doctrina (Sutta Dhammacakkappavattana). Este discurso se impartió dos meses después de su despertar. En él, Buda expone al grupo de cinco adeptos estas cuatro verdades y declara haberlas descubierto por sí mismo.


EL GRAN DISCURSO DE LOS CUATRO FUNDAMENTOS DE LA ATENCIÓN (SUTTA MAHA-SATIPATTHANA)

V. Sacca Pabba (Sección de las Verdades Nobles)

Asimismo, monjes, un monje medita practicando la contemplación de los objetos mentales en los objetos mentales, constituidos por las Cuatro Nobles Verdades. Y ¿cómo practica la contemplación de los objetos mentales en los objetos mentales formados por las Cuatro Nobles Verdades?

He aquí, monjes, que un monje sabe según la realidad: «Esto es sufrimiento»; sabe según la realidad: «éste es el origen del sufrimiento»; sabe según la realidad: «ésta es la cesación del sufrimiento»; sabe según la realidad: «éste es el sendero que conduce a la cesación del sufrimiento».

a) Dukkhasacca Pabba (Sección de la Noble Verdad de Dukkha)

Monjes, ¿cuál es la Noble Verdad del Sufrimiento (Dukkha)?

El nacimiento es sufrir, la vejez es sufrir, morir es sufrir, la pena, las lamentaciones, el dolor, la aflicción, el desconsuelo son sufrir; la no obtención de lo que se desea es sufrir. En pocas palabras, los cinco Agregados del Apego son sufrir.

¿Qué es el nacimiento? El nacimiento de los seres pertenecientes a uno u otro orden de seres, su nacer, su origen, su concepción, su ingreso en la existencia, la manifestación de los Agregados, la adquisición de las esferas sensoriales, a todo esto se le llama nacimiento.

¿Qué es envejecer? Envejecer es el envejecimiento de los seres que pertenecen a uno u otro orden de seres, su debilitamiento, decrepitud, encanecimiento y arrugamiento; el decaimiento de su fuerza vital, el desgaste de sus facultades sensoriales, a todo eso se le llama envejecer.

¿Qué es morir? La partida y desaparición de los seres pertenecientes a uno u otro orden de seres, su destrucción, su desvanecimiento, muerte, la conclusión de su período vital, la disolución de los Agregados, el abandono del cuerpo, a esto se le llama muerte.

¿Qué es la pena? La pesadumbre que surge por esta o aquella pérdida o desgracia que nos ocurra, el pesar, el estado pesaroso de la mente, la pena íntima, el desconsuelo íntimo, esto se llama pena.

¿Qué es la lamentación? Todo aquello que por esta o aquella pérdida o desgracia que nos ocurra, sea queja y lamento, al quejarse y lamentarse, el estado de queja y lamento, a esto se le llama lamentación.

¿Qué es el dolor? El dolor corporal, lo corporalmente desagradable, las sensaciones dolorosas e ingratas producidas por el contacto corporal, a esto se le llama dolor.

¿Qué es la aflicción? El dolor mental y lo mentalmente desagradable, las sensaciones dolorosas o ingratas producidas por el contacto mental, a esto se le llama aflicción.

¿Qué es el desconsuelo? La angustia y el desconsuelo que surgen por esta o aquella pérdida o desgracia que nos ocurra, el estado de angustia y desesperación, a esto se le llama desconsuelo.

Y ¿qué es sufrir por la no obtención de lo que se desea? En los seres que están sujetos al nacimiento surge el deseo: ¡Ojalá que no estuviéramos sujetos al nacimiento! ¡Ojalá que no tuviésemos otro nacimiento por delante! En los seres sujetos al envejecimiento, enfermedad, muerte, pena, lamentación, dolor, aflicción y desconsuelo surge el deseo: ¡Ojalá que no estuviésemos sujetos a estas cosas! ¡Ojalá que tuviésemos ya estas cosas por delante! Pero esto no puede obtenerse por el mero deseo, y la no obtención de lo que se desea es sufrir.

Y ¿qué (quiere decir la frase): «en pocas palabras, los cinco Agregados del Apego son sufrimiento»? Son los Agregados de la forma material, las sensaciones, las percepciones, las formaciones mentales y la conciencia. Esto es lo que se llama: «En pocas palabras, los cinco Agregados del Apego son Sufrimiento».

b) Samudayasacca Pabba (Sección de la Noble Verdad del Origen de Dukkha)

Monjes, ¿cuál es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento?

Lo que da lugar a nuevos nacimientos es el deseo, que ligado al placer y a la avidez, encuentra siempre nuevo deleite, ahora aquí, ahora allá; a saber: el Deseo Sensual, el Deseo de una Existencia (Eterna), y el Deseo de la No Existencia.

Mas ¿dónde surge el deseo?, ¿dónde echa raíces? En cualquier parte del mundo en la que haya cosas deliciosas y agradables, allí es donde surge el deseo y arraiga.

El ojo, el oído, la lengua, la nariz, el cuerpo y la mente son deliciosos y agradables. Allí es donde surge el deseo y arraiga.

Las formas visuales, los sonidos, los olores, los gustos, las impresiones corporales y los objetos mentales son deliciosos y agradables: allí es donde el deseo surge y arraiga.
La conciencia  visual, la conciencia  auditiva, la conciencia  olfativa, la conciencia  del sabor, la conciencia  del tacto y la conciencia  de la mente... El contacto (el séxtuple que surge a través de cada uno de los sentidos), la sensación nacida del séxtuple contacto, el séxtuple acto de la voluntad (que se inclina a las formas visuales, etc.), el séxtuple deseo, la séxtuple formación de conceptos (relativos a las formas visuales, etc.), el séxtuple discurrir: todo esto es delicioso y agradable: allí es donde surge el deseo y arraiga.

Monjes, ésta es la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento.

c) Nirodhasacca Pabba  (Sección de la Verdad Noble de la Cesación de Dukkha, abreviada)

Monjes, ¿cuál es la Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento?

Es precisamente el total desvanecimiento y extinción de este deseo, su renuncia y abandono, la liberación y el desapego de él.

Pero, ¿dónde puede abandonarse este deseo, dónde puede extinguirse?

En cualquier parte del mundo en la que haya cosas deliciosas y agradables: allí es donde puede abandonarse este deseo, allí puede extinguirse.

La vista, el oído, la nariz, la lengua, el cuerpo y la mente son deliciosos y agradables. Allí es donde puede abandonarse este deseo, allí puede ser extinguido.

Las formas visuales, los sonidos, los olores, los gustos, las impresiones corporales y los objetos mentales, allí es donde puede abandonarse este deseo, allí puede extinguirse.

La conciencia  visual, la conciencia  auditiva, la conciencia  olfativa, la conciencia  del sabor, la conciencia  del tacto y la conciencia  de la mente...

El contacto (el séxtuple que surge a través de cada uno de los sentidos), la sensación nacida de este séxtuple contacto, el séxtuple acto de la voluntad, el séxtuple deseo, la séxtuple formación de conceptos, el séxtuple discurrir: todo esto es delicioso y agradable, allí es donde este deseo puede ser abandonado, allí puede extinguirse.

Monjes, ésta es la Noble Verdad de la Cesación del Sufrimiento.

d) Maggasacca Pabba (Sección de Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación de Dukkha)

Monjes, ¿cuál es la Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación del Sufrimiento?

Es este Noble Óctuple Sendero: Recta Comprensión, Recto Pensamiento, Recta Palabra, Recta Acción, Recto Sustento, Recto Esfuerzo, Recta Atención, Recta Concentración.

Monjes, ¿qué es la Recta Comprensión? Comprender el sufrimiento, comprender el origen del sufrimiento, comprender la cesación del sufrimiento, comprender el sendero que conduce a la cesación del sufrimiento: esto es Recta Comprensión.

¿Qué es Recto Pensamiento? Pensamientos libres de codicia, pensamientos libres de rencor, pensamientos libres de crueldad: esto es Recto Pensamiento.

¿Qué es Recta Palabra? Abstenerse de mentir, de chismorrear, de palabras ásperas, de conversaciones vanas: esto es Recta Palabra.

¿Qué es Recta Acción? Abstenerse de matar, de tomar lo que no nos ha sido dado, del adulterio: esto es Recta Acción.

¿Qué es Recto Sustento? Cuando el noble discípulo, evitando una forma de vida equivocada, obtiene su sustento de una recta forma de vida. Esto es Recto Sustento.

¿Qué es Recto Esfuerzo? He aquí que un monje aviva la voluntad para evitar que surjan estados perniciosos y no saludables, hace un esfuerzo, estimula su energía, aplica bien la mente y brega con tesón. Para vencer los estados perniciosos y no saludables que hayan surgido, aviva la voluntad, hace un esfuerzo, estimula su energía, aplica bien la mente a ello y brega con tesón. Para suscitar estados beneficiosos que aún no hayan surgido, activa la voluntad, hace un esfuerzo, estimula su energía, aplica bien la mente a ello y brega con tesón. Para mantener los estados beneficiosos que hayan surgido, para no descuidarlos sino, antes bien, hacerlos crecer y llevarlos a su plena madurez y perfecto desarrollo, aviva la voluntad, hace un esfuerzo, estimula su energía, aplica bien la mente a ello y brega con tesón: esto es Recto Esfuerzo.

¿Qué es Recta Atención? He aquí que un monje medita practicando la contemplación del cuerpo en el cuerpo, practicando la contemplación de las sensaciones en las sensaciones, la contemplación de la mente en la mente, la contemplación de los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, comprendiendo claramente y atento, superando la codicia y la aflicción inherentes al mundo: esto es Recta Atención.

¿Qué es Recta Concentración? He aquí que un monje desapegado de los objetos de los sentidos, desapegado de las cosas no saludables, entra en la primera absorción que nace del desapego, va acompañada de formación de conceptos y de pensamiento discursivo y está llena de éxtasis y alegría. Al cesar la formación de conceptos y el pensamiento discursivo, y obtener la tranquilidad interior y la unificación de la mente, el monje entra en un estado sin formación de conceptos ni pensamiento discursivo, que es la segunda absorción, nacida de la Concentración y llena de éxtasis y alegría. Tras desvanecerse el éxtasis, permanece ecuánime, atento, claramente consciente y experimenta en su persona ese sentimiento del que los nobles dicen: «Feliz es el hombre que posee ecuanimidad y atención». Así penetra en la tercera absorción. Tras abandonar el placer y el dolor, la cuarta absorción, purificada por la ecuanimidad y la atención. Esto es Recta Concentración.

Monjes, ésta es la Noble Verdad del Sendero que conduce a la Extinción del Sufrimiento.

Así medita practicando la contemplación de los objetos mentales en los objetos mentales, interna o externamente, o bien tanto interna como externamente. Medita contemplando los factores del origen de los objetos mentales, o medita contemplando los factores de disolución de los objetos mentales, o medita contemplando tanto los factores del origen como los factores de la disolución de los objetos mentales. O tiene conciencia  de que «hay objetos mentales» en el grado necesario para el conocimiento y la atención. Medita con independencia, sin apegarse a nada en el mundo.

Así es, monjes, como el monje medita practicando la contemplación de los objetos mentales en los objetos mentales constituidos por las Cuatro Nobles Verdades.

En verdad, monjes, que aquél que practique estos cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera, durante siete años, puede esperar que se produzcan en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.

Monjes, ni siquiera siete años. Si una persona practicara estos cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante seis años..., cinco años..., cuatro años..., tres años..., dos años..., durante un año, entonces podría esperar que se produzcan en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.

Monjes, ni siquiera un año. Si una persona practicara estos cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante siete meses..., seis meses..., cinco meses..., cuatro meses..., tres meses..., dos meses..., un mes..., durante medio mes podría esperar que se produzca en él estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.

Monjes, ni siquiera medio mes. Si una persona practicara estos cuatro Fundamentos de la Atención de esta manera durante siete días, podría esperar que se produzca en él uno de estos dos resultados: el Conocimiento Supremo aquí y ahora, o, si aún le quedara un resto de apego, el estado Sin Vuelta.

Por esto se ha dicho: «Este es el único camino, monjes, para la purificación de los seres, para la superación de la pena y las lamentaciones, para la destrucción del dolor y la aflicción, para alcanzar el recto sendero, para la realización del Nibbana: los Cuatro Fundamentos de la Atención».

Así habló el Bienaventurado. Los monjes acogieron las palabras del Bienaventurado con alegría en el corazón.

¡Sadhu! ¡Sadhu! ¡Sadhu!

domingo, 22 de mayo de 2011

Adelante: los primeros pasos


Bienvenido a estos primeros pasos del curso de vipassana jivitindriya.

No es ninguna sorpresa que las prácticas de absorción de vipassana tengan como aparente objetivo la eliminación del sufrimiento, pero los avances no valen para nada si no entiendes desde el principio lo que es el sufrimiento.
Hay tres formas de sufrimiento:

1) El sufrimiento mental que toca a todos: a ricos y pobres, hombres y mujeres, niños, ancianos y jóvenes, blancos, negros, amarillos y, si hubiera verdes, a ellos también, porque no hay nadie que evite el sufrimiento en esta vida. Muchos tienen cierta facilidad para escaparse o esconder el sufrimiento en su interior pero, ya sea visible o no, ahí sigue.

2) El sufrimiento que acompaña al dolor. El dolor es algo natural y es un mensaje que le impulsa al ser humano a hacer algo para rectificar la falta de equilibrio y armonía del sistema. Ese dolor no es intolerable. Lo que pasa es que a ese dolor se le añade el sufrimiento, lo cual incrementa el problema, causando otro dolor aparente que entonces sí es intolerable y a menudo requiere ayuda psicológica o médica.

3) El sufrimiento que existe con la felicidad aparente. La aparente felicidad incrementa la fuerza del deseo y el apego y por eso se lo considera la tercera forma de sufrimiento. Sin duda no es tan visible pero es igualmente peligroso, porque induce en los seres una constante búsqueda de esta felicidad, que en definitiva no es más que sufrimiento. Ahora mismo quizá sea difícil entenderlo así, pero quedará más claro una vez hayáis estudiado las diez lecciones sobre el sufrimiento.

No os equivoquéis pensando que entendéis el sufrimiento sólo porque habéis sufrido en la vida. Trabajad con estas lecciones con una diligencia especial. Está claro que todos los que quieran avanzar en Vipassana necesitan entender a fondo el sufrimiento.

Será muy difícil que lo entendáis todo, así que enviad vuestras preguntas cada vez que no lo tengáis todo claro. Si no haces el curso con determinación, paciencia y sinceridad, el único que se engañe serás tú.
Sería una gran lástima perder esta oportunidad.

¿Qué es la Vipassana Jivitindriya?


La palabra Jivitindriya significa “fuerza de la vida” y, en este contexto, la palabra Vipassana se puede definir como “absorción”. La frase entera se puede traducir  por tanto como la “absorción de la fuerza de la vida”, que es precisamente el objetivo de la Vipassana Jivitindriya.

Pero la tarea exige una revelación completa de la vacuidad de todos los contenidos de la mente, ya sean fenómenos físicos u objetos conceptuales abstractos, y eso exige una introspección que no es nada fácil.

La identidad aparente de cada persona debe reducirse a cenizas y las actitudes, intenciones y preparación para la acción deben liberarse con su alegría, compasión y afecto benevolente correspondientes, lo que tiene poco que ver con la búsqueda habitual de alegría, compasión y amor mundanos y condicionados por la religión, la educación y el sistema social.

Primero, debemos empezar por entender el sufrimiento y la identidad, y es precisamente en eso en lo que haremos hincapié al inicio.

Para empezar, tenemos que tener claro que aquí hablamos del Buda-Dharma y no del budismo popular. Este último es sólo una sombra moderna del Buda-Dharma que esconde la riqueza del Dharma original tras grandes estructuras de dogma y ceremonia en templos que no honran todo lo que es natural en esta vida.

En primer lugar, declaramos que el Buda-Dharma no es una religión. No lo es, porque una religión es un conjunto de creencias, mitos o dogmas acerca de una divinidad y de prácticas rituales para darle culto, y está claro que el Buda-Dharma se opone totalmente al creacionismo y al eternalismo.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una psicología, porque no es una ciencia que estudie la conducta de los seres vivos. A veces lo parece, pero en realidad el objetivo de la psicología es trabajar para la reinserción en sociedad de cualquier persona que parezca no tener una conducta considerada “normal” desde el punto de vista sociológico.

Por el contrario, el Buda-Dharma tiene como objetivo mostrar que la sociedad tal como existe no es un medio válido para el ser humano y le aconseja a cada persona que encuentre su propia naturaleza, que vea la codicia, confusión y hostilidad que son el motor de esta sociedad y que renuncie a ese comportamiento.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una filosofía, porque no es una ciencia que trate de la esencia, propiedades, causas y efectos de las cosas naturales. A veces también parece que es así, pero la ciencia de la filosofía tiene una base de palabras y sistemas. El Buda-Dharma está mucho más allá de las palabras y frases y de la búsqueda de definiciones.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una manera de vivir ni un conjunto de fórmulas para la existencia social. Tampoco es una revelación dogmática de mandamientos.

Entonces, ¿qué es?

Es una manera de encontrar la propia naturaleza del ser humano.

La pregunta es… Una vez que encuentras esta naturaleza, ¿qué puedes hacer con ella? Parece que lo útil y lógico sería aplicarlo a la vida en esta sociedad, pero no es así.

Sin embargo, es cierto que el Buda-Dharma ha desarrollado, como soluciones populares, la reducción del sufrimiento individual. Pero este budismo popular, aunque más apropiado que una religión, no es más que un parche aplicado al sufrimiento individual y no conduce a nadie a la liberación.

También hay una versión del budismo esotérico (no hablamos del Vajrayana en sí) que es popular y atractivo para los de mente que busca soluciones fuera de la mente. Pero ése no es el Buda-Dharma de Vipassana.

El Buda-Dharma es trascendental y no tiene como objetivo la solución de los problemas del mundo causados por los regimientos de Mara (la identidad), ni que las personas puedan adaptar el Dharma a esta vida como una nueva forma de psicología.

Su objetivo es la liberación de la fuerza pura del ser humano.

Es fácil caer en la trampa del apego a este mundo y en la complacencia. Es fácil caer en la trampa del dogma, el ritual y la ceremonia. Es fácil creer que estás ayudando a la humanidad cuando sólo aplicas los mismos parches que las religiones, la sociología y la psicología. Es fácil también caer en la trampa de lo esotérico y de la superstición, volando a otros mundos flotando en la conciencia cósmica. Eso tampoco vale.

Examinaremos éste y otros asuntos en profundidad, pero es necesario que sepáis que hasta que una persona entienda de verdad, en plan trascendental, cómo puede uno andar en este mundo del Samsara… no hay verdaderas soluciones.

Pero no os dejéis atrapar con este concepto trascendental. Esa palabra sólo se refiere a la característica de poner énfasis en aspectos de la intuición y la imaginación más allá de lo empírico y material. Con el tiempo veréis que es sólo un proceso natural humano sin misterio.

Las ideas populares sobre el budismo se pueden encontrar en miles de libros disponibles. Cuidado. Es atractivo y el súper-ego de unos y las emociones de otros inmediatamente se apegan a él… y la mente lista cree que ha encontrado la verdad. Las frases son bonitas, pero hay más detrás de estas palabras. Los sutras también son seductores, pero también presentan la misma trampa que los libros para mentes no preparadas.

Las discusiones entre personas sobre el budismo usando palabras aparentemente profundas no valen tampoco, porque los ciegos no pueden ayudar a los ciegos.

No os equivoquéis pensando que entendéis el sufrimiento sólo porque habéis sufrido en la vida. Trabajad con estas lecciones con una diligencia especial. Está claro que todos los que quieran avanzar en Vipassana necesitan entender a fondo el sufrimiento.

Será muy difícil que lo entendáis todo, así que enviad vuestras preguntas cada vez que no lo tengáis todo claro. Si no haces el curso con determinación, paciencia y sinceridad, el único que se engañe serás tú.
Puede ser una gran lástima perder esta oportunidad.

La palabra Jivitindriya significa “fuerza de la vida” y, en este contexto, la palabra Vipassana se puede definir como “absorción”. La frase entera se puede traducir  por tanto como la “absorción de la fuerza de la vida”, que es precisamente el objetivo de la Vipassana Jivitindriya.

Pero la tarea exige una revelación completa de la vacuidad de todos los contenidos de la mente, ya sean fenómenos físicos u objetos conceptuales abstractos, y eso exige una introspección que no es nada fácil.

La identidad aparente de cada persona debe reducirse a cenizas y las actitudes, intenciones y preparación para la acción deben liberarse con su alegría, compasión y afecto benevolente correspondientes, lo que tiene poco que ver con la búsqueda habitual de alegría, compasión y amor mundanos y condicionados por la religión, la educación y el sistema social.

Primero, debemos empezar por entender el sufrimiento y la identidad, y es precisamente en eso en lo que haremos hincapié al inicio.

Para empezar, tenemos que tener claro que aquí hablamos del Buda-Dharma y no del budismo popular. Este último es sólo una sombra moderna del Buda-Dharma que esconde la riqueza del Dharma original tras grandes estructuras de dogma y ceremonia en templos que no honran todo lo que es natural en esta vida.

En primer lugar, declaramos que el Buda-Dharma no es una religión. No lo es, porque una religión es un conjunto de creencias, mitos o dogmas acerca de una divinidad y de prácticas rituales para darle culto, y está claro que el Buda-Dharma se opone totalmente al creacionismo y al eternalismo.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una psicología, porque no es una ciencia que estudie la conducta de los seres vivos. A veces lo parece, pero en realidad el objetivo de la psicología es trabajar para la reinserción en sociedad de cualquier persona que parezca no tener una conducta considerada “normal” desde el punto de vista sociológico.

Por el contrario, el Buda-Dharma tiene como objetivo mostrar que la sociedad tal como existe no es un medio válido para el ser humano y le aconseja a cada persona que encuentre su propia naturaleza, que vea la codicia, confusión y hostilidad que son el motor de esta sociedad y que renuncie a ese comportamiento.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una filosofía, porque no es una ciencia que trate de la esencia, propiedades, causas y efectos de las cosas naturales. A veces también parece que es así, pero la ciencia de la filosofía tiene una base de palabras y sistemas. El Buda-Dharma está mucho más allá de las palabras y frases y de la búsqueda de definiciones.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una manera de vivir ni un conjunto de fórmulas para la existencia social. Tampoco es una revelación dogmática de mandamientos.

Entonces, ¿qué es?

Es una manera de encontrar la propia naturaleza del ser humano.

La pregunta es… Una vez que encuentras esta naturaleza, ¿qué puedes hacer con ella? Parece que lo útil y lógico sería aplicarlo a la vida en esta sociedad, pero no es así.

Sin embargo, es cierto que el Buda-Dharma ha desarrollado, como soluciones populares, la reducción del sufrimiento individual. Pero este budismo popular, aunque más apropiado que una religión, no es más que un parche aplicado al sufrimiento individual y no conduce a nadie a la liberación.

También hay una versión del budismo esotérico (no hablamos del Vajrayana en sí) que es popular y atractivo para los de mente que busca soluciones fuera de la mente. Pero ése no es el Buda-Dharma de Vipassana.

El Buda-Dharma es trascendental y no tiene como objetivo la solución de los problemas del mundo causados por los regimientos de Mara (la identidad), ni que las personas puedan adaptar el Dharma a esta vida como una nueva forma de psicología.

Su objetivo es la liberación de la fuerza pura del ser humano.

Es fácil caer en la trampa del apego a este mundo y en la complacencia. Es fácil caer en la trampa del dogma, el ritual y la ceremonia. Es fácil creer que estás ayudando a la humanidad cuando sólo aplicas los mismos parches que las religiones, la sociología y la psicología. Es fácil también caer en la trampa de lo esotérico y de la superstición, volando a otros mundos flotando en la conciencia cósmica. Eso tampoco vale.

Examinaremos éste y otros asuntos en profundidad, pero es necesario que sepáis que hasta que una persona entienda de verdad, en plan trascendental, cómo puede uno andar en este mundo del Samsara… no hay verdaderas soluciones.

Pero no os dejéis atrapar con este concepto trascendental. Esa palabra sólo se refiere a la característica de poner énfasis en aspectos de la intuición y la imaginación más allá de lo empírico y material. Con el tiempo veréis que es sólo un proceso natural humano sin misterio.

Las ideas populares sobre el budismo se pueden encontrar en miles de libros disponibles. Cuidado. Es atractivo y el súper-ego de unos y las emociones de otros inmediatamente se apegan a él… y la mente lista cree que ha encontrado la verdad. Las frases son bonitas, pero hay más detrás de estas palabras. Los sutras también son seductores, pero también presentan la misma trampa que los libros para mentes no preparadas.

Las discusiones entre personas sobre el budismo usando palabras aparentemente profundas no valen tampoco, porque los ciegos no pueden ayudar a los ciegos.
Evitad las opiniones, la política y la religión. Es verdad que la religión es el opio del pueblo, pero la política es el veneno del pueblo, y las opiniones (y, claro, las expectativas) son la muerte misma del pueblo.

La verdad trascendental es el antídoto de las tres… y más.

Entendemos que es difícil apartarse de las cosas de la vida y no compartir los gustos e ideas de los demás. No es fácil andar solo al ritmo de tu propio tambor, que toca la música del Dharma de Buda. Pero si andas bien, puedes encontrar que hay otros que también caminan con la misma música.

Hay un cierto miedo de que con lo trascendental vas a perder algo... la felicidad... una manera de disfrutar.

Todos disfrutan con la música... pero hay distintas clases de música... y hay una manera de escuchar sin identidad que encuentra lo sublime de la música, no la alegría de la identidad. Puedes disfrutar de manera diferente con la danza, la pintura y todas las cosas realmente naturales y bellas de la mente pura.

Si dejas atrás tus relaciones mundanas y tu apego a tu pareja y niños, ¿qué ganas? Las verdaderas relaciones humanas... Y el sexo, ese monstruo, desaparece y en su lugar crece el verdadero concepto de la unidad entre las personas que entran en una relación íntima.

Sí, con lo trascendental pierdes mucho, pero ganas mucho más. Y sí, ganas algo con el budismo popular, pero pierdes mucho más y siempre será necesario mantener la vigilancia ante la presencia de Mara y sus identidades.

Sólo con lo trascendental eres libre... completamente libre... tan libre que puedes quemar los Budas de madera... y tus libros, junto con tu mente manchada... y descubrir cómo ser un verdadero ser humano en armonía con todo lo que existe.

La vida y la muerte desaparecen... el sufrimiento y la felicidad mundana también... Pero sólo si entiendes profundamente.

Así pues, adelante con calma, paciencia, determinación, perseverancia y la introspección y absorción de la Vipassana Jivitindriya.